La piedad de la Virgen

El sol declina no hay tiempo para el dolor.

Representa a la Virgen, bellísima, sentada con Jesús muerto apoyado en sus rodillas.

María llora y Jesús, cuya melena cae sobre las piernas de su madre, deja ver la herida con sangre ya coagulada, de la lanza en su costado derecho.

Procesiona acompañado por la Asociación de Amas de Casa de Huesca.

Autores: Francisco y José Larruy, tallista oscenses. Año: 1951.

Oración

Al pie de la cruz estaba la Piedad de una madre fuerte, la Virgen del Dolor. En sus manos otra vez Cristo, como en Belen, como en Nazaret… pero ¡que distinto! ¡Cómo le costó a la Virgen empezar a ser Madre de todos los hombres! (Anonimo).